Joan Laporta el matón: ordenó vigilar y amenazar a un socio del club

Con esos amigos ¿Para qué quieres enemigos?

Quim Molins propone una invasión en el Camp Nou
Quim Molins propone una invasión en el Camp Nou

La directiva del Fútbol Club Barcelona ha comenzado de manera oficial la restauración y edificación de la que será su nueva y lujosa casa, el nuevo Camp Nou, y junto a la mayoría de sus socios pudieron vivir un auténtico homenaje a su estadio para comenzar con el pie derecho de cara al futuro del club en la nuevo era de este, salvo por el abonado, Quim Molins que ha vivido uno de los momentos más desagradables por aspectos meramente extra futbolísticos.

La junta tirana

 

Joan Laporta se caracteriza por ser un presidente ‘populista’ con el Barcelona, entre promesas irrisorias de campaña hasta la promesa de grandes fichajes ‘bomba’, lo que ha caído bien en la afición culé desde que llegó a los altos mandos de la cúpula azulgrana.

Sin embargo, el presidente también ha demostrado ser poco sensato con algunas de sus decisiones y ha propiciado que algunos de sus colaboradores, incluso aficionados, desistan de apoyarle por sus malas decisiones como en el caso de Quim Molins, abonado del club blaugrana, que ha sido amenazado por múltiples unidades de policía bajo las órdenes del club, concretamente, de la junta directiva.

Una pesadilla para un aficionado

 

Molins, lleva muchos años como socio del club de sus amores, el Barcelona, y debido a que el estadio de su equipo estaba, en ese momento, a punto de cerrarse para comenzar las obras de remodelación, él como muchos otros aficionados al club, querían conservar una parte de la historia que vivieron en ese estadio y así reunió el valor para prepararse y llevarse consigo un ‘recuerdo’ proveniente del lugar en el que vivió momentos mágicos con el club y, previamente, anunció a través de Twitter sus intenciones.

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Quim Molins

 

 

A la junta directiva le pareció más un caso de vandalismo colectivo ya que, a pesar de que los asientos y algunos otros elementos serían reemplazados por nuevos productos, no estaban dispuestos a permitirles llevarse absolutamente nada y, en el caso de Quim, al anunciarlo con antelación, la directiva lo usaría como ejemplo a todos aquellos que tuviesen las mismas intenciones. Ordenaron a la seguridad del estadio que vigilaran y acosaran al socio que no le fue posible llevar a cabo sus intenciones y, encima, se llevó a casa una muestra de poder y despotismo directamente desde las oficinas más altas del club de su vida.

 

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