Una de las participantes en el casting del programa Masterchef ha hablado en su cuenta de TikTok, y no está muy contenta con lo sucedido. Sobre el casting que ha sido multitudinario en el centro de Madrid, Cris Ortiz dice lo siguiente: “Nos citaron a las 9 de la mañana un domingo de diciembre en la plaza del Palacio Real. La cantidad de gente que había era una locura”.
La primera crítica que vierte Cris es para Jordi Cruz: “Ya os digo que eso fue un puro show”, decía. “También iban haciendo algunas entrevistas pero iban directos a aquellas personas que ya sabían que iban a coger”, algo que según ella no agradó a las personas allí presentes. “Fue una auténtica vergüenza. Mil horas ahí de pie pasando frío sin informarnos de nada y el equipo por ahí comiendo”, mostrando su disgusto con las condiciones en las que se realizó el casting.
Cuando se dispusieron a hacer entrega de las 60 cucharas que daban a los aspirantes el paso a la prueba final del casting, la exaspirante afirmó que: “Las cucharas estaba decidido desde antes del casting. Más personas y yo pudimos ver cómo daban cucharas a genta a la que habían rechazado su plato, incluso a algunos que no se habían presentado ese día al casting”, afirmaba enfadada.
“Había gente de la que no probaron su plato y de otros que vimos cómo lo escupían después de probarlo y luego le daban cuchara. ¿Por qué? Porque eran personas que hacen show, y solo les importa eso”. Críticas habituales en este tipo de programas en los que a la audiencia le atraen determinadas personas, que hacen más atractivo el concurso más allá de su destreza culinaria.
A las personas que pasan a la siguiente fase “les hacen firmar un contrato para que no cuenten nada de lo que sucede ahí”, culminaba el video de Cris Ortiz en el que Masterchef sale mal parado. Algo que no es nada nuevo, Patricia Conde, exconcursante, ya mostró su enfado con cómo se hacen las cosas en dicho programa.