Vinicius saludó tímidamente desde el césped a la afición, después de que sus compañeros saltaran al terreno de juego con su camiseta y de que el Bernabéu le ovacionara bajo una pancarta que ocupaba todo el Fondo Sur: "Vinicius somos todos, basta ya".
El brasileño no va a parar hasta que los ataques racistas paren, pero tampoco quería ser el centro de atención del partido, aunque fuera inevitable.
Sin sanción después del perdón de Competición, no jugó debido a unas molestias en la rodilla y se quedó al lado de Florentino Pérez en el palco. Sí, en el palco presidencia. Vini como símbolo.
Visiblemente emocionado cuando en el minuto 20 todo el estadio rompió a aplaudir y coreó su nombre, tuvo que ponerse de pie para dar las gracias. Lo hizo con un saludo, aunque al final del partido se dirigió a todos los madridistas con un mensaje en sus redes sociales: "Los amo. Gracias, gracias y gracias".
Y es que los últimos días han sido los más intensos en la carrera del delantero. Le han llevado a recluirse en el gimnasio por unas molestias en la rodilla. Pero Vini también necesitaba un descanso después del estrés sufrido por lo sucedido en Mestalla y por la oleada de cariño y apoyo que ha recibido.