Las redes sociales han cambiado el mundo. Y, lo más importante, lo han cambiado para siempre. Hoy en día es inconcebible un mundo sin conexión instantánea, sin poder saber de los demás a través de sus perfiles de X, Instagram, Facebook, TikTok, etc.
Las redes sociales han servido también para acercar la vida de los famosos al resto de personas. Gracias a sus fotografías y vídeos podemos conocer cómo es su día a día, qué comen, dónde pasan su tiempo libre, etc. Por así decirlo, les humanizan en cierto modo. O, al menos, permiten que las personas de ‘a pie’ puedan sentirles algo más cerca.
No obstante, también pueden ser consideradas las redes sociales como un arma de doble filo. Y es que, al fin y al cabo, cada uno publica lo que le interesa. Es decir, se puede jugar con la realidad. Se puede filtrar la información.
Y esa es, precisamente, la gran crítica que se le hace a las redes sociales. Que son muy ‘artificiales’, no muestran la realidad tal como es en muchas ocasiones. Cuesta ver a personas que suban fotos en las que salgan mal.
Rompiendo el molde
En las últimas horas ha publicado dos fotografías en Instagram. La primera, una de 2013, cuando tenía 21 años. Ahí luce un cuerpo esbelto, muy sexy, atractivo. La segunda foto es con 31 años, y su cuerpo ha cambiado mucho.
El mensaje que ha querido transmitir Selena Gómez es que se opone a ocultar su cuerpo, se opone a ocultar el cambio y la madurez. Junto a la imagen de 2013, ha publicado el siguiente mensaje:
“Hoy me di cuenta de que nunca volveré a verme así. No soy perfecta, pero estoy orgullosa de ser quien soy... A veces olvido que está bien ser yo", confesó la estadounidense en sus redes sociales.
Selena Gómez lo deja claro, ella ha cambiado y se acepta tal y como es. Al fin y al cabo la vida son etapas, y hay que disfrutar de todas ellas.