José María Aznar, ex presidente del Gobierno, a sus 69 años, presume de cuerpazo en sus vacaciones estivales, como cualquier chaval.
Y es que tras dejar su actividad política como Presidente del Gobierno y gracias a su ya fallecido amigo Bernardino Lombao, ha conseguido tener un cuerpo envidiable para los hombres de su edad, eso sí con mucho sacrificio y una estricta tabla de ejercicios, porque nada es gratuito.
Con Bernardino Lombao, le unió una amistad de años desde que jugaba en el equipo de balonmano del Atlético de Madrid y fue después preparador del equipo de baloncesto femenino para Barcelona 92.
¿Cómo empezó a entrenar con Lombao?
Según José María Aznar, “Estando en Moncloa vino a verme y me propuso entrenar con él”.
Bernardino engatusó a José María Aznar con su particular método. “Te enganchaba con su forma no convencional de entender el deporte. Te enseñaba lo que era el compromiso, cómo cambia tu cuerpo… y la parte de recompensa que tiene el sufrimiento”.
Así, ambos, durante años, mantuvieron la misma rutina: de siete a ocho de la mañana –aunque los horarios fueran cambiando en función de la agenda del político– entrenaban juntos, según cuentan a EL ESPAÑOL personas cercanas a Lombao. Muchas veces, corrían por Moncloa, y en otras ocasiones seguían un programa específico de entrenamiento muy severo que incluía otro tipo de ejercicios: aeróbicos, anaeróbicos, de fuerza y de velocidad. Intercambiaban sensaciones, fijaban retos y bromeaban. Incluso, a la hora de hacer los abdominales. “Un día de nochebuena Lombardo y Aznar llegaron a hacer 3.150 abdominales”.
Según Lombao, Aznar desarrolla unos trabajos físicos "sorprendentes", incluso ha llegado a correr un kilómetro en menos de cinco minutos. "Yo ya no le puedo seguir corriendo, tengo que hacerlo en bicicleta", apuntó. “Éste esfuerzo físico no busca como resultado la estética, sino la salud.