Desde años ancestrales es muy típico en nuestro país que cada persona tenga un mote. Nuestro políticos tampoco escapan a esta costumbre tan castiza. Famoso es el mote de Pedro el Bello que recibe nuestro presidente del Gobierno, aunque si hay uno que triunfa en la prensa es El Coletas.
Pablo Iglesias no ha podido escapar de este mote ni cortándose la coleta como si fuera un torero. El ex líder de Podemos y vicepresidente del Gobierno en la última legislatura fue bautizado así desde que iniciara su andadura en la políticas aunque no se sabe con claridad quien se lo puso.
Parece, sin embargo, que el apodo era en secreto dicho por sus adversarios hasta que empezó a ser utilizado por muchos columnistas que utilizaban este nombre para incluirlo en sus textos. De esta forma se fue extendiendo hasta el punto de que había más gente que lo llamaba así que por su nombre.
No sabemos si esto llevó a Pablo Iglesias a dejar atrás su coleta, pero lo cierto es que hasta su corte de pelo ocupó páginas y páginas de todos los diarios nacionales. De momento, nadie ha levantado para reivindicar la autoría de su nombre, eso sí, seguro que no fue un amigo.
Y es que el nombre tiene cierta connotación negativa y es una forma un tanto maleducada de dirigirse a una persona. Además, dentro de que vivimos en un país muy proclive a la broma, esta no lo fue tanto para Iglesias y es que este país lleva tiempo esforzándose poco en poner motes.