El tsunami provocado por los insultos racistas que recibió el jugador brasileño del Real Madrid, Vinicius Jr. en el partido contra el Valencia en el Estadio de Mestalla, ha llegado en plena campaña electoral de los candidatos a las elecciones municipales y algunas autonómicas como la de Madrid.
Prácticamente todos los políticos han dado su opinión, y evidentemente la inmensa mayoría han condenado las conductas racistas. Sin embargo cada uno ha intentado como se dice vulgarmente “hacer la tortilla con sus huevos”, lo que a veces trae comentarios sorprendentes. Y esto es precisamente lo que ha pasado con la Ministra de Igualdad, Irene Montero, en un acto en el País Vasco.
Primeramente la ministra condenaba «rotundamente» los «ataques y agresiones racistas» hacia el futbolista Vinicius, al tiempo que pedía hacer un «gran cordón social frente al racismo y frente a la xenofobia». «Estas agresiones se repiten desgraciadamente de forma habitual en diferentes ámbitos deportivos».
Ataque
Pero entonces Montero ha ido un paso más allá señalando directamente a una persona, «Creo que es consecuencias de la normalización de los discursos de odio, de los discursos xenófobos, como veíamos hacer el otro día a Ana Rosa Quintana».
La ministra hacía referencia a las polémicas palabras que profirió Ana Rosa Quintana, el pasado 15 de mayo, cuando recogió la Medalla de Oro de Madrid. En el discurso la presentadora de Telecinco recordaba sus inicios en el barrio de Usera, donde nació, y dijo que "era un barrio obrero y trabajado, antes de que fuera Chinatown". Unas palabras que se hicieron virales en redes sociales en cuestión de minutos ya que fueron tildadas de racistas y xenófobas.