El último rey de los griegos, Constantino II, ha fallecido en Atenas este martes a los 82 años. El hermano pequeño de Doña Sofía, llegó al trono con 23 años en 1964, tras la muerte de su padre, el rey Pablo de Grecia, a los 63 años a consecuencia de un cáncer de estómago. Reinó durante tres años hasta su exilio en 1967 tras haber apoyado en un primer momento el golpe militar de los llamados coroneles. Primero se instaló en Roma; más tarde, en Londres. En 1974, el país se convertía en una república mediante un referéndum, convirtiendo a Constantino II como el último Rey de Grecia . Él y su familia abandonaron el país sin nada.
Con los años, Constantino solo pudo volver a Grecia unas horas para el entierro de su madre, la Reina Federica, y fue despojado de sus bienes, de la nacionalidad y del pasaporte. El ex rey de Grecia regresó en 2013 y vivió sus últimos años retirado en un pequeño pueblo costero del Peloponeso, Porto Heli, tras ser autorizado por el Gobierno griego a regresar de su exilio.
La herencia por la que luchó Constantino
En 1994 la República Helénica promulgó una ley para confiscar los bienes que pertenecieron a la derrocada familia real. Constantino entonces inició junto a su hermana Irene y su tía paterna, la princesa Catalina (Sofía renunció a sus derechos por la herencia de sus padres mucho tiempo antes), una batalla judicial contra el estado de Grecia por la herencia de sus padres Pablo y Federica de Grecia. Las propiedades incautadas fueron cifradas 470 millones de euros, incluido el Palacio Real de Tatoi donde se encuentra el panteón familiar y están enterrados Pablo y Federica de Grecia.
Tuvieron que llegar hasta el Tribunal Europeo de Derechos Humanos de Estrasburgo, pero ganaron el litigio y en 2002 recibieron una indemnización del país heleno de 13 millones de euros para la familia, de los que Constantino recibió 12 millones de euros. Con ese dinero, Constantino montó la fundación Ana María de Grecia.
Pero no sólo recibió ese dinero como herencia, ya que en 1991, el rey Constantino pudo recoger el contenido del Palacio de Tatoi: 100.000 piezas valiosas, entre ellas, 17.500 libros de alto valor, 13.100 objetos de oro y plata, muebles antiguos, joyas, pinturas, estatuas, iconos bizantinos... Años después, en 2007, Constantino decidió monetizar algunas de esos objetos a través de la casa de subastas Christie's, a pesar de los intentos del gobierno griego de paralizarla. Subastó una colección de 850 piezas de su bisabuelo, el rey Jorge I, entre las que destacaba "una extraordinaria selección de piezas de plata y objetos de Fabergé, junto a muebles, obras de arte, jade y porcelana china y cuadros". Constantino consiguió 14 millones de euros de la subasta. Una sonora cantidad que se sumaba a los 12 millones de la indemnización. En total: 26 millones de euros de herencia.