Vladimir Putin está en boca de todos por la invasión de Ucrania y por las consecuencias económicas que ha tenido para el resto del mundo, en especial para Europa, con el aumento de los precios del gas y la electricidad, sumiendo al continente europeo en una crisis económica con una inflación de precios disparada.
La respuesta de la UE ha sido emitir sanciones económicas a Rusia como país y contra el propio Vladimir Putin, persiguiendo atacar su economía y su propia fortuna personal, ya que el Presidente ruso es uno de los hombres más ricos del mundo, al menos en la teoría, ya que poco se sabe de la cantidad o del dinero exacto que podría amasar, ya que la mayor parte de sus activos no los tiene declarados a su nombre, sus propietarios oficiales son oligarcas millonarios, sospechosos de ser testaferros para disimular la fortuna del hombre fuerte del Kremlin.
La “supuesta” fortuna de Putin
De puertas para afuera, muestra una imagen de humildad, de hecho en 2018, presentó una declaración de ingresos oficial en la que se reveló que Putin era propietario de un piso de 74 metros cuadrados en San Petersburgo, dos coches de la era soviética y un todoterreno, y según el Kremlin, sus ingresos anuales son de unos 140.000 dólares. Unas cifras que nadie se cree, ya que únicamente los relojes que exhibe valen más que su salario.
Bill Browder, periodista de la CNN testificó en 2017 ante el Senado de Estados Unidos que la fortuna de Putin ascendería a unos 200.000 millones de dólares en activos. Por hacernos una idea: Elon Musk es según la lista Forbes, el hombre más rico del mundo con casi 240.000 millones de dólares, lo que convertiría a Putin en el segundo más rico.
Las investigaciones anticorrupción revelaron la existencia del ‘palacio de Putin’ a orillas del mar Negro, a nombre de un amigo de Putin, un suntuoso complejo de 17.000 metros cuadrados, valorado en un millón de dólares. En junio de 2022, por primera vez lograron establecer el vínculo entre el presidente Putin y una cooperativa secreta de 86 empresas y fundaciones que posee 4,5 mil millones de dólares en bienes inmobiliarios de lujo y activos financieros, entre los que se cree que hay empresas, viñedos, estaciones de esquí o varios yates de lujo, de los cuales el más grande es el ‘Shellest’, un navío de 46 metros de largo con un valor de 23 millones de dólares. Todo a nombre de testaferros, pero sin pruebas lo cierto es que todo son especulaciones.