Siempre se ha dicho que el baloncesto es un deporte muy distinto al futbol y, aunque suene evidente porque no se parecen ni por asomo, hay veces que son más parecidos de lo que creemos.
Un deporte noble, en el que intentar pelear y luchar hasta el final por los objetivos y por tus compañeros de equipo son los principales valores de cualquier deporte, a sique, aunque en la ejecución sean distintos, los objetivos son los mismos. Y hoy vamos a hablar de una leyenda de este deporte sin necesidad de haber ganado nunca un anillo de la NBA, y hablamos de Chris Paul.
Un empresario encubierto que se viste de corto para disfrutar del Básquet
Muchas veces hemos visto noticias de jugadores de futbol, baloncesto, beisbol que han sido grandes estrellas y que han ganado muchísimo dinero, pero que por no saber gestionar su fortuna han acabado arruinados y viviendo de mala manera en la calle e incluso muertos.
Lo que, sí que sabemos que este no va a ser el caso del bueno de Chris Paul, un tipo que juega de maravilla al baloncesto, pero que también se mueve como pez en el agua en los negocios.
En toda su carrera en activo habrá ganado mucho más de 300 M$, gracias a su sueldo como jugador, pero también gracias a marcas que le patrocinaban como Nike, que a día de hoy aún siguen dándole beneficios. Pero si con alguien tuvo el ojo fue con Bob Iger, el ex director general de Walt Disney y ahora mismo actual presidente de la compañía.
Declaraciones tales como: “Necesito aprender y hablar de negocios con quien pueda aprender”, denotaban que este chico tiene muy bien amueblada su cabeza, ya que, hablando de dichos negocios con el bueno de Bob, le convenció para invertir en Disney y así ver como sus beneficios subían como la espuma.
El futuro realizado fuera de la cancha le va a dar muchos años de tranquilidad
El futuro fuera de las canchas de baloncesto del bueno de Chris Paul está más que subsanado, ya que gracias a saber juntarse con gente que le sabe guiar y saber dónde invertir va a conseguir una tranquilidad para él y para su familia que no se paga con dinero.