Sergio Ramos se está dando cuenta de que fuera del Real Madrid hace mucho frío. Su estancia en París está siendo una auténtica pesadilla para el de Camas. El primer año apenas pudo jugar por una lesión en la pantorrilla que lo tuvo en el dique seco durante muchas semanas. Esta temporada el PSG volvió a fracasar en Europa, al caer en octavos de final contra el Bayern Münich y también fue eliminado en la Copa de Francia, mientras en liga ha tenido tropiezos sorprendentes con demasiada frecuencia.
El campeonato liguero no se le escapará al equipo de Ramos, pero la diferencia de inversión entre su club y el resto de la liga francesa es abusiva. El club parisino vive de los petrodólares llegados desde Qatar y su balance en Europa es pésimo. Tras más de 1.500 millones de euros invertidos, sólo han llegado una vez a la final de la Champions y la perdieron por un gol a cero contra el Bayern Münich.
El rendimiento de Ramos a sus 37 años ya no es el mismo que demostró en el Real Madrid que ganó 4 Champions en 5 años, y era considerado el mejor central del mundo. Mientras tanto ve desde la lejanía como su ex equipo no deja de coleccionar títulos.
A la liga, la Champions y la Supercopa de España, se le han unido este año la Supercopa de Europa, el Mundial de Clubes y la Copa del Rey este pasado sábado, la vigésima del conjunto blanco.
El central del PSG felicitó a sus ex compañeros y a su ex club, con una foto de la copa que se le cayó a él mismo en la celebración de la Copa del Rey que el Real Madrid ganó en 2014, con Ancelotti también en el banquillo.