Kylian Mbappé fue el gran objetivo de mercado del Real Madrid durante muchos años. Tuvo la opción en 2017, pero decidió irse al PSG por su precocidad y al tener miedo del espacio que acumulaba la BBC (Bale, Benzema y Cristiano) en el once titular.
Tuvo otra posibilidad mucho más evidente el pasado verano. Mbappé decidió jugársela al Real Madrid y a Florentino Pérez no le van las tonterías, tal y como ha demostrado con Cristiano Ronaldo, Sergio Ramos o el resto de jugadores que han tratado de empezar un pulso.
Eso le hizo dejar de ser una prioridad. El club blanco ha firmado a Endrick y, pese a no perderlo de vista, no tiene al francés en sus planes más inminentes de cara al 2023... ni mucho menos. Está ahí, sí, pero los pasos siguientes los tendrá que dar el galo.
Vive en un vaivén
A su vez, el feedback que reciben desde que se la jugó a los madridistas no es positivo. En los informes preocupan varios aspectos de su vida privada y se miran con incredulidad. "Este no es mi Mbappé", dijo Florentino al descartar su fichaje. Y sigue sin serlo. Preocupa los vaivenes de su vida privada.
Le relacionaron con Inés Rau (la modelo trans del momento) y recientemente se le ha relacionado con Georgia May o con Rose Bertram, mientras se decía que estaba viviendo con Emma Smet y era su pareja formal. El Mbappé que gusta es el que tenía una relación asentada con Alicia Aylies, vista en todos los palcos, y el que vivía una vida familiar alejada de las fiestas. Tienen que cambiar muchas cosas para que firme por el Real Madrid en verano u en 2024 y esa es una de ellas.