El 11 de julio de 2021 Conor McGregor se enfrentó en el octágono por tercera vez contra el peleador estadounidense Dustin Poirier, su gran enemigo. Aquella fue una noche amarga para el luchador irlandés: la pelea no pasó del primer asalto y, además de ser derrotado, McGregor abandonó la jaula de UFC con una fractura de tibia. Desde entonces Conor no ha vuelto a pelear, pero no ha estado precisamente en reposo.
Durante el tiempo de la recuperación, el luchador irlandés no ha dejado de entrenar, centrándose en aumentar de peso a través de la ganancia muscular. Su cambio físico es sorprendente, pasó de pesar 65 kg en 2013 a pesar 86 kg en 2022. Conor ha ganado la friolera de 21 kg de músculo y ni un solo gramo de grasa, tal y como él mismo confesó meses atrás.
Una brutal transformación física de la que ha dejado constancia el propio McGregor a través de su perfil de Instagram, comparando su cuerpo desde 2015 hasta este mismo año. Siete años en los que ha pasado de tener un cuerpo fibrado y marcado, a ser todo volumen y músculo, con un cuerpo mucho más imponente y ancho.
Los problemas de un físico tan espectacular
El cambio físico de 'The Notorious' aún no ha terminado, y es por ello que sigue entrenándose con largas sesiones de ejercicio y una dieta de lo más estricta para volver a lo más alto de la UFC a sus 34 años. Así lo demuestra prácticamente a diario, compartiendo diferentes imágenes suyas mientras se ejercita, donde se le puede ver que está más que preparado para los combates.
Sin embargo, un cuerpo tan musculado y grande también le ha llevado a tener algún que otro ‘problema’. EL propio McGregor compartió un tuit adjuntando una fotografía en la que se puede apreciar que su torso es más ancho que la puerta de su cuarto de baño.: “De lado por las puertas”, ha escrito en su perfil, para la delicia de sus fans que están deseando volver a verlo en combate.
sideways thru doors pic.twitter.com/DhJxLeO9j4
— Conor McGregor (@TheNotoriousMMA) October 24, 2022