El Real Madrid disputaba el domingo pasado uno de los partidos más intrascendentes de toda la temporada. Nada estaba en juego una vez perdida la liga. Sin embargo este partido puede suponer un antes y un después en la lucha contra el racismo en los campos de fútbol españoles.
Cientos de aficionados valencianistas esperaban la llegada de la expedición madridista. El objeto de sus iras fue Vinicius. Lo recibieron con cánticos racistas, demostrando que estamos muy lejos de erradicar esta lacra no sólo del fútbol sino también de la sociedad.
“¡Vinicius eres un mono!¡Eres un mono!¡Vinicius eres un mono!!, fue la bienvenida que le tenían preparada a la estrella blanca, simplemente porque es de color negro. “Uh!¡Uh!¡Uh!” fue otra de las muestras de lo poco civilizados que son estos aficionados del Valencia, y no, no son dos o tres, son cientos en actitud claramente racista e injustificada, según pudimos comprobar con las cámaras de La Sexta.
“¡Puta Real Madrid!”, fue una de las pocas frases que no iban destinadas al brasileño en exclusividad. “¡Madridistas hijos de p***!” cantaba la multitud, y de repente se oye: “¡A ver si os estampáis y os matáis todos por el camino, hijos de la gran p***”, que dice un aficionado cuando aún los jugadores del Real Madrid no habían bajado del autobús.
Cuando Vinicius baja del bus lo empiezan a abuchear. “¡Mono!” le dicen, para acabar con el cántico del principio, “¡Eres un mono!” y otra vez, “¡Uh!¡Uh! ¡Uh!”. Pero lo más grave que ocurrió en este partido para los periodistas valencianos es que Vinicius hizo un gesto a la grada mandándolos a Segunda división. ¡Vergüenza!