Ya tenemos los tres equipos que sustituirán el año que viene al Elche, Espanyol y Valladolid en la Primera División española. Ayer sábado el Alavés, se convirtió en equipo de la máxima categoría, se unirá al Granada y Las Palmas.
El Alavés lo consiguió tras imponerse en el partido de vuelta de la final por el ascenso al Levante. En el estadio Ciudad de Valencia, tras el empate en el partido de ida, el resultado llegó con cero a cero hasta la prórroga, en un partido dominado por el miedo a perder. Sin embargo el éxtasis llegó en el último minuto, con un penalti por mano de Róber Pier dentro del área. Tras más de 5 de revisión de una pena máxima que valía un ascenso, Villalibre convirtió y llevó la Primera División de vuelta a Vitoria.
El premio del ascenso
El premio no sólo es jugar en Primera, sino que eso conlleva un premio económico que está cerca de los 50 millones de euros. Y no estamos hablando de una prima por el ascenso, sino más bien de un aumento sideral del presupuesto del club. Como ejemplo, el presupuesto de Las Palmas ya ha reconocido que subirá hasta los 75 millones el año que viene.
Los mayores ingresos van a provenir de los derechos televisivos. Como referencia, este año el Mallorca y Rayo, los equipos que menos recibieron de esta partida, cobraron 45,86 millones de euros a cada uno. El que más el año pasado en segunda, el Eibar, recibió 28,58 millones (con la ayuda por el descenso incluida).
A esos ingresos televisivos habría que sumarles un aumento en el reparto de los patrocinadores de la competición (60% para Primera y 40% para Segunda), de los propios de cada club y el previsible incremento de abonados para la temporada en la élite. Lo que convierte el ascenso en un premio deportivo sin parangón, pero también económico.