La vida de Joana Sanz dio un vuelco el pasado mes de enero. Su marido, el ex futbolista del FC Barcelona, Dani Alves ingresaba en prisión tras ser acusado por una joven de violación en el reservado de la discoteca Sutton de Barcelona, en la madrugada del pasado 30 de diciembre.
Aunque el brasileño negó en los primeros momentos que hubiese tenido relaciones sexuales con la chica, las informaciones que iban saliendo no hacían más que confirmar que el encuentro sexual había ocurrido, y los dos protagonistas son los únicos que saben si fue o no consentido.
Alves afirmó ante la jueza que en su primera declaración había mentido para preservar su matrimonio con Joana Sanz. Eso le perjudicó de cara a la credibilidad de su relato de los hechos, y a pesar de eso, la modelo canaria decidió romper su matrimonio tras la infidelidad de su esposo.
La propia modelo ha confirmado que está en trámites de divorcio en su propio Instagram: “Sí que estamos en trámites de divorcio, lo que él se está negando y eso lo complica todo”, dijo Joana, dejando clara la actitud de Alves y también aprovechó para desmentir uno de los rumores que salieron sobre este caso. Afirmó no estar recibiendo ningún dinero por parte de su todavía marido.
Tras varias ocasiones en que la defensa de Alves solicitó la libertad provisional, que fue denegada por la Fiscalía y por la jueza del caso. Se especula que la ex esposa del jugador, Dinorah Santana, viajaría hasta Barcelona para instalarse con sus hijos. Esto se haría para constatar que el futbolista tiene arraigo familiar en la ciudad condal.