Benzema venía haciendo una temporada por debajo de su nivel, tras la pasada en la que fue el jugador más en forma del mundo, lo que le valió para alzarse con el Balón de Oro. Nadie discutía que Karim tras la Champions del año pasado, en la que fue totalmente decisivo, mereciese el galardón.
Pero este año no acababa de vérsele a gusto sobre el césped y sufrió muchas lesiones. Una de ellas le impidió jugar el Mundial de Qatar, que a su edad era el último que podía disputar, y tras un rifi rafe con el seleccionador francés Didier Deschamps, anunció que no volvería a jugar para el combinado nacional de su país.
Sin embargo, cuando llegaron los momentos más calientes de la temporada, apareció el verdadero Benzema, un jugador de una calidad suprema que hace mejores a sus compañeros y que además tiene más gol que nunca. Sus tres goles en el Camp Nou para remontar la eliminatoria de Copa del Rey contra el Barça, pasarán a la historia del Real Madrid.
En Champions, competición en la que no había marcado en fase de grupos, consiguió tres tantos en octavos de final contra el Liverpool, y otro en la ida de cuartos ante el Chelsea en el Bernabéu. Karim apareció cuando más se le necesitaba, ahora espera el City en semifinales.
El sábado en el Bernabéu tras finalizar el partido estuvo firmando balones exhausto por el esfuerzo realizado durante el encuentro. La final de la Copa del Rey el sábado 6 de mayo contra Osasuna, y el equipo de Guardiola en la próxima ronda de la Champions. Al 9 madridista le motivan estos retos.