Karim Benzema vivió sus primeros 9 años en el Real Madrid a la sombra de Cristiano Ronaldo. Muchas veces se le calificaba de apático, y aunque nunca se dudó de su exquisita calidad, sí se le ha silbado en numerosas ocasiones en el Bernabéu, e incluso en numerosas ocasiones se ha pedido por parte de aficionados y periodistas al club su venta.
Afortunadamente, el club siguió manteniendo su fe ciega en el delantero francés, al que siempre se le consideró un nueve y medio por lo bien que juega fuera del área y porque no le gusta estar fijo en la punta del ataque, sino aparecer un muchas zonas del campo para darle continuidad a la jugada con su talento infinito.
Pero que el galo consiguiese llegar a su mejor rendimiento a los 34 años no es casualidad, fue después de la marcha de Cristiano en 2018 cuando asumió el papel de líder del equipo en las dos ligas que se ganaron desde entonces y en la Champions del año pasado. Lo hizo también comprendiendo que una buena alimentación y un trabajo físico complementario guiado por un entrenador personal, le haría subir de nivel.
Y así ha sido, la temporada pasada demostró que era el delantero más decisivo del fútbol mundial, marcando diez goles en las eliminatorias de la Champions League, llevando en volandas a su equipo a la final de París.
En numerosas ocasiones comparte con sus casi 70 millones de seguidores en redes sociales, imágenes suyas trabajando en el gimnasio que tiene instalado en su casa madrileña. Mostrando el secreto que le ha llevado a estar a sus 35 años en la élite del fútbol europeo.