Ahora que la actual junta directiva del F.C. Barcelona ha conseguido cerrar la financiación de 1.450 millones de euros para la remodelación de Camp Nou y sus aledaños, viene la segunda parte del problema, deben abandonar por completo el estadio hasta que terminen las obras. La solución es la mudanza temporal al Estadio Olímpico Lluís Companys de Montjuic, pero hay muchos problemas con ese cambio.
Un cambio problemático
Actualmente el Camp Nou cuenta con 83.500 localidades reservadas para sus abonados. El 11,22% del aforo restante, alrededor de 10.500 localidades, está destinado a la venta de entradas y compromisos publicitarios o de otro tipo. Si eso lo trasladamos Estadio Olímpico Lluís Companys de Montjuic, la merma es considerable. Porque, de los 49.472 asientos disponibles de capacidad únicamente se reservará 27.385 para sus abonados. El 44,6% restante se corresponde a las 22.087 entradas destinadas a la venta general para los aficionados, y también a invitaciones especiales por compromisos institucionales.
O sea que unos 56.000 abonados se van a quedar sin asiento la temporada que viene, lo que sin duda va a suponer una merma importante de ingresos para el club. Según han comunicado ellos mismos, en un principio las pérdidas se estimaron en 93 millones, aunque luego las han reducido a 55 millones.
Esa disminución en la estimación de pérdidas viene por el recorte de gastos, por la creación de una Fan Zone o por los servicios de restauración y tiendas. Pero sobre todo viene por el aumento muy significativo del precio de los abonos para el año que viene. "Hay una suspensión de la condición de abonado del Spotify Camp Nou. Todos los socios comienzan de cero", aseguró la vicepresidenta institucional María Elena Fort.
Así los precios de los abonados pasarán a ser, lateral más caro de 815 a 1.002, los Goles pasan de 569 euros anuales a 723. Y los de Tribuna, de 1.286 a 1.738 euros. Poderoso caballero es don dinero, pensarán algunos.