Como cada 31 de diciembre es costumbre que los españoles finalicemos el año comiendo 12 uvas acompañando cada campanada que marcará el inicio del Nuevo Año. Este momento se retransmite desde la Puerta del Sol, situada en la capital, y las distintas cadenas televisivas retransmiten este momento.
Esta tradición que nos caracteriza se dice que surgió en España en el año 1897, según datos recogidos donde aparecen anuncios de venta de "uvas de la suerte”. Se fue extendiendo y ya en 1903 esta práctica había llegado hasta las Islas Canarias.
En 1909 se consolidó tras una gran cosecha con numerosos excedentes de los productores de Murcia, Alicante y Almería. Se venden en toda España como “Las Uvas de la suerte de San Silvestre”.
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— Jose Mota (@JoseMotatv) December 31, 2023
La transmisión de la tradición
Nuestra tradición se extendió a varios países latinoamericanos, incluido México. Varios países como Colombia, Ecuador, Perú o Venezuela tienen por costumbre crear muñecos a los que luego prenden fuego. Estos representan acontecimientos o personajes negativos, a los que les ponen el nombre de “El viejo” o “Año Viejo” y queman con la esperanza de dejarlos atrás.
Nuestras doce uvas representan los meses del año, y si conseguimos terminarlas todas al son de las campanadas, es símbolo de “buena suerte” y “prosperidad”. Se relaciona a la uva como producto elegido para comenzar el año con buena suerte, y como símbolo de hermandad, unidad, alegría y placer. También las excedencias y el precio del producto ayudan a ser el elegido.
También es costumbre recibir el año con alguna prenda roja, costumbre de origen chino, como símbolo de buena suerte. En otros países despiden el año con diferentes colores según la preferencia del deseo esperado: Rojo (amor), amarillo (dinero)y el verde(salud), como es el caso de México. En Estados Unidos despiden el año con un beso, en Dinamarca rompen platos, comen lentejas en Italia…
Todas ellas tienen el mismo fin, recibir el nuevo año con buenos deseos y mejores propósitos, dejando atrás todo lo malo ocurrido en el año que pronto nos abandona.