El colaborador que fichó Roberto Leal para 'Y ahora Sonsoles' vive en un momento delicado

Miguel Lago ha contado las complicaciones que tuvo su mujer durante el parto

El colaborador que fichó Roberto Leal para 'Y ahora Sonsoles' vive en un momento delicado
El colaborador que fichó Roberto Leal para 'Y ahora Sonsoles' vive en un momento delicado

En el programa 'Y ahora Sonsoles' se ha hablado de un tema delicado. Álvaro Morata compartió en sus redes sociales los últimos datos sobre el estado de salud de su esposa Alice Campello después del nacimiento de su cuarto hijo. Surgieron serias complicaciones.

A pesar de que ya ha habido tela para hablar de las mayores barbaridades en lo que lleva de programa, sobre este tema se habló seriamente lo que tocó la fibra de la audiencia. Lo planteó un ginecólogo en 'Y ahora Sonsoles', quien explicó lo comunes que son estos casos y cómo salvó la vida de la madre, lo que animó a Miguel Lago a abrirse a todos sus compañeros porque lo sufrió en primera persona. 

"Yo mismo lo sé, te lo puedo decir en un minuto y medio, porque te lo dije un año después de que pasó", comenzó a advertir, dando un paso adelante y recordando un momento de su vida. Uno de sus peores momentos.

“Con el nacimiento de mi tercera hija, Ana, y el cuarto embarazo, el nacimiento fue tan bien que llamamos a su mamá y le tomamos una foto. Pero de repente es como una serpiente que cae de un grifo. Mi mujer, Laura, empezó a sangrar y la llevaron de urgencia al quirófano, donde le pusieron un balón Bakri, el primero que le pusieron en el Hospital de Arganda del Rey”, recuerda el humorista.

“No me canso de agradecerles”, enfatizó Lago inmediatamente, “fueron unos momentos dolorosos”: “Ahora que pasó el tiempo, lo puedo decir con calma, porque Dios no quería que mi esposa le tocara en ese momento. No te mueras porque no juego", reivindicó el gallego, tragando saliva para que no se le quebrase la voz.

El procedimiento

“Estas son las cosas que pasaron, como dijo el ginecólogo: le pusieron globos, pasó la noche en la unidad de cuidados intensivos, Ana también fue prematura, mi esposa estuvo 48 horas, y a los dos o tres días ya estaba en su cuarto, ocho o nueve días después, estábamos todos en casa”, recuerda.

Por suerte, este episodio tuvo un final feliz. "Es el miedo más grande que siento en este momento, cuando siento miedo real. Fue desolador que el médico viniera a mí y me dijera que su vida claramente corría peligro", agregó Miguel, indicando el dolor de esos horrorosos días ya que estas cosas pueden pasar, concluyó así el relato, lo que sorprendió a sus compañeros.