Esta misma semana hemos conocido la noticia del fallecimiento de Silvio Berlusconi. El ex primer ministro italiano falleció a los 86 años de edad, tras no poder superar una leucemia mielomonocítica crónica contra la que luchaba desde hace dos años.
El Cavaliere, llegó a ser el hombre más poderoso de Italia, pero también cambió el fútbol en su país cuando compró el Milan en 1986. Consiguió armar uno de los equipos más poderosos y de mayor éxito en la década de los 80 y 90. Durante su propiedad, el club rossonero conquistó 8 ligas, 1 Copa de Italia, 7 Supercopas, 5 Champions League, 5 Supercopas de Europa, 2 Copas Intercontinentales y 1 Mundial de Clubes. Finalmente lo vendió en 2017.
Silvio hizo posible aquellas épocas gloriosas bajo las batutas de Capello, Sacchi o Ancelotti, y también fue el culpable de que vistieran de rojo y negro hombres como Van Basten, Gullit, Rijkaard, Kaká o Seedorf. Cierto es que la segunda parte de su Presidencia fue un declive constante, con escándalos como el "Caso Calciopoli" en 2006.
Algunas de sus mejores anécdotas
Un personaje que fue conocido por su forma tan particular de hacer las cosas. Un día llegó a presentarse ante los 'tifosi rossoneri' en Milanello llegando en helicóptero, mientras la 'Cabalgata de las Valquirias' de Richard Wagner retumbaba en los altavoces. Un aviso de lo que iba a ser su Milan. Y en materia de fichajes, estaba acostumbrado a ganar, y no aceptaba un no por respuesta, así en mitad del verano telefoneó a Boateng, que se encontraba en Grecia de vacaciones. "Te espero mañana en mi casa", el jugador acudió a la cita y acabó fichando por el Milan en su segunda etapa. O cuando fue a por Rivaldo, algo que el propio Joan Gaspart, por aquel entonces al frente del Barça, recordaba, "Después de un partido en Milán me dijo que quería bajar al vestuario, al mío, porque quería fichar a Rivaldo. Riéndose", incluso reconoció que el palco se comportaba como un ultra.
Sus ingerencias en el trabajo de los entrenadores también eran míticas. El mismo Gatusso, de entrenador, ha reconocido que le llamaba muy a menudo para ordenarle poner a Suso de mediapunta. Era un auténtico personaje, en el mejor de los sentidos. Así llegó incluso a ofrecerle a Tassotti operarle la nariz porque la tenía muy grande. Descanse en paz.