Tras su serie de éxito en Netflix “Soy Georgina”, la pareja de Cristiano Ronaldo se ha convertido en una de las “influencers” más seguidas en todo el mundo. Sus comportamientos desatan todo tipo de comentarios, no todos buenos, por su alto tren de vida rodeada siempre del lujo.
Para Georgina es normal coger el avión privado de CR7 e irse a la tienda más exclusiva de cualquier capital europea, a hacerse con el vestido más caro del momento. Codearse con los modistas más famosos del mundo y aparecer en grandes acontecimientos, forman parte de su rutina.
Poseer los mejores coches, vivir en mansiones con todo tipo de lujos, tener un yate de 6 millones de euros con el que surcar las aguas del mar. Todo eso es ahora normal para una chica, que cuando conoció al crack portugués trabajaba en una tienda de Gucci en Madrid, y vivía en un humilde apartamento.
En una de sus publicaciones en Instagram muestra una rutina fitness. Tiene una preparadora personal que se llama Soraya Álvarez, que es la encargada de mantenerla en forma. Un ejercicio de remo en posición de ‘birdog’ en el que no solo trabaja espalda sino también ‘core’ y glúteo para estabilizar la postura.
El ejercicio lo hace portando en su mano izquierda una pesa para incluir un plus de fuerza al ya de por sí, duro ejercicio que está llevando a cabo. Sus leggins amarillos y su top rosa palo de tirantes, tampoco pasan desapercibidos.
