Kiko Rivera acaparó todas las portadas tras conocerse hace unos días que había sufrido un ictus. Fue ingresado de urgencia en el Hospital Virgen del Rocío de Sevilla y, por suerte, todo se ha quedado en un susto. Ya se encuentra en casa con el alta médica.
Toda la familia intentó visitarle en el hospital, pero Kiko pidió que únicamente fuese su esposa, Irene Rosales, la que accediese: "Con nuestras visitas se altera mucho y ella nos ha dicho que es mejor que no nos vea", comentó su hermana Isa Pantoja.
Parecía que este duro suceso iba a servir para acercar posturas entre Kiko Rivera y su familia. No obstante, el cantante y DJ cree que la relación es insostenible. Así lo dijo él mismo a la salida del centro médico.
"Mi madre no va a venir a mi casa y mi hermana muchísimo menos", apuntilló. Lo último de lo que tiene ganas es de verse con ellas y menos en este momento en el que "no le viene nada bien ponerse nervioso".
Se trata de uno de los capítulos más tristes de la vida de Kiko Rivera. Ni con un susto tan grave como este ha querido poner de su parte para solucionar los problemas del pasado. Pinta todo muy negro.