El príncipe Harry acaba de sacar a la luz una nueva autobiografía, “Spare”, donde revela numerosas anécdotas de su vida en palacio, tanto de él como de su esposa. En las mismas explica que las diferencias culturales y estilos de vida de Kate Middleton y Meghan Markle crearon un muro infranqueable entre las dos mujeres.
Un momento muy incómodo
Harry cuenta uno de los momentos más incómodos que Kate le hizo pasar a Meghan, y fue casi nada más llegar. El 9 de junio de 2018, Harry y Meghan llevaban menos de un mes casados y la Duquesa se estrenaba por todo lo alto en su primer acto oficial junto a toda la Familia Real británica como mujer casada y royal. Se trataba del desfile llamado Trooping the Colour, donde los regimientos y los destacamentos del Ejército británico desfilaban en honor a la reina Isabel II, por su cumpleaños, mientras que toda la familia real estaba en el balcón del Palacio de Buckingham.
Harry relata que el ambiente era relajado y divertido hasta que Kate apareció en escena, “Kate le preguntó a Meghan qué pensaba de su primer desfile de colores de la Legión. Meghan bromeó diciendo que lo encontró colorido, pero nadie se lo tomo con gracia y se hizo un silencio sepulcral el cual amenazo con tragarnos a todos.” Lo que dejó a Meghan en segunda fila, apocada, con la mirada triste y cara de circunstancias, como se ve en las imágenes del día.
No contento con eso, Harry también cuenta en el libro que días después Kate y William invitaron a Meghan y Harry a tomar un té para calmar las cosas, pero luego de una conversación intrascendente, la duquesa de Sussex se atrevió a mencionar que los matrimonios no congeniaban del todo bien y que tenían ideas muy diferentes, lo cual hizo sentir muy molesta a la Princesa de Gales.
Por lo visto la charla se convirtió en una larga sucesión de reproches entre ambas, como el altercado entre ambas por los vestidos de las damas de honor en la boda, o su enfado por no haberles regalado nada en Semana Santa, e incluso su disgusto por el agravio de que los herederos se cambiaran de sitio en el banquete de la boda, entre otros muchos, lo que ha demostrado que la relación entre las cuñadas nunca fue buena.