La recordado actor de Fast & Furious falleció en diciembre de 2013, a los 40 años en un accidente de coche en Valencia (California). En ese momento Walker rodaba la séptima parte de la saga que le dio la fama en todo el mundo gracias a su papel de Brian O'Conner, un ex policía envuelto en carreras clandestinas de coches.
Su repentina muerte dejó también la incertidumbre de qué pasaría con su herencia, con todo el dinero que había acumulado hasta su triste e inesperado final. Pues bien, Según el medio TMZ, en 2001, después de filmar la primera entrega de la saga, Walker redactó su testamento dejando todo en herencia a su hija de 15 años Meadow, su ojo derecho.

El patrimonio de Walker
De acuerdo a los documentos presentados en la corte las propiedades el patrimonio de Paul sumaba alrededor de 25 millones de dólares. En el documento se nombraba además al padre del intérprete, Paul William Walker III, como el encargado de cumplir sus deseos, y su madre, Cheryl Ann Walker, fue nombrada tutora de la hija del actor, quien además supervisó su porción del patrimonio hasta que fue adulta.
De los 25 millones de dólares de la herencia de Paul Walker, dos terceras partes provienen de dos propiedades, valoradas en ocho y diez millones de dólares cada una. Pero el patrimonio de Walker se vio aumentado con el paso de los años, primero por los beneficios de la última película que quedó a medio acabar y luego por el resto de derechos que han ido otorgando el resto de su trabajo.
A finales de 2013 según Hollywood Life la fortuna de Paul Walker sería de unos 45 millones de dólares. Después de la muerte de su padre, Meadow regresó a casa de su madre, Rebeca Soteros y en 2015 creó la Paul Walker Foundation en homenaje al amor de su padre por los océanos y la vida marina. Ahora Meadow tiene 23 años y trabaja como modelo.