La australiana Nicole Kidman es dueña de una inmensa trayectoria en Hollywood. Comenzó su exitosa carrera hace casi cuarenta años al debutar, con tan solo 16 años en la película navideña australiana Bush Christmas. Esa fue su puerta de entrada a un mundo que la llenaría de fama, éxito, desafíos, romances y algunos desamores.
La actriz participó en algunas de las películas más importantes de la industria del cine. Su lista de memorables títulos podría ser interminable, pero entre ellos se encuentran producciones como Moulin Rouge!, Batman Forever, Los otros, Todo por un sueño y El pacificador, entre muchas otras. Entre otros premios, Kidman ha recibido un Oscar, dos Primetime Emmy Awards y cinco Golden Globe Awards.
Sus retoques
A pesar de no estar nominada para los premios Oscar, Nicole Kidman acudió a la gala acompañada de su marido Keith Urban. La actriz australiana deslumbró con su vestido negro de lentejuelas de Giorgio Armani, pero también con su nuevo retoque estético más que evidente en su cara y es que a sus 55, la ex de Tom Cruise, se ha dejado la cara sin ninguna arruga. Este retoque ha sido el último pero no el primero al que se ha sometido la actriz.
Según el doctor Leo Cerrud dijo para Vanitatis, “En las fotos de antes vemos a una joven natural, de piel complicada, pelo difícil, cara muy cuadrada, la boca demasiado pequeña, los dientes grises, desproporcionados e irregulares y sonrisa gingival”, con el paso de los años, el rostro de Nicole fue perdiendo esa expresión infantil y la redondez.
Entre las intervenciones a las que se habría sometido en todo este tiempo, estaría su operación de nariz, que según los expertos no fue demasiado acertada, ya que le dejaron una nariz demasiado pequeña y poco natural, demasiado fina para sus rasgos. Otro cambio significativo tiene que ver con su óvalo facial, que si en su juventud era cuadrado y redondeado en los ángulos, ahora su forma es la de un diamante, afilada en la barbilla, lo que puede ser fruto de una bichectomía, lifting facial o mentoplastia. Otras operaciones a las que se habría sometido la australiana para lucir como está ahora serían, un implante de pómulos, una blefaroplastia, intervención que retira el exceso de piel de los párpados y la inyección de ácido hialurónico en los labios, sin olvidar los tratamientos a los que ha sometido la piel de su rostro, que no tiene ninguna mancha, y parece casi translúcida, fruto de los tratamientos de fotoprotección, despigmentantes, bioestimulantes y antioxidantes.